360. Dionisio Gutiérrez: An Unstable World and the Dwarfs of Power

July 21, 2025
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360. Dionisio Gutiérrez: Un mundo inestable y los enanos del poder

Editorial del programa 360 de Razón de Estado


Vivimos en un mundo en el que la libertad es acosada por tiranos, traicionada por demócratas tibios y manoseada por ideólogos que, con verbo dulce, justifican toda clase de atropellos. Vivimos una época de tormenta sin brújula, de conflictos sin resolución, de líderes sin grandeza, de élites indiferentes, de ciudadanos ausentes.

La cobarde invasión rusa a Ucrania, donde un genocida bombardea la vida civil y destruye un país soberano bajo el disfraz de la nostalgia imperial, sigue sin resolverse. Mientras tanto, Occidente, como cuerpo fatigado que un día fue ejemplo de civilización, asiste al drama con discursos y sanciones, pero sin resolución ni visión histórica.

Si lo ruso indigna por brutal, lo chino inquieta por paciente. China no invade: seduce, infiltra, compra, calla y espera. Taiwán es solo la piedra en la que tropezarán los ingenuos, porque el sueño de Beijing es más ambicioso: moldear el orden global, reescribir las reglas, someter sin disparar.

En Medio Oriente, la tragedia no descansa. El conflicto entre Israel y Hamás ha vuelto a encender los fuegos del odio; y la sombra de Irán, con su vocación terrorista, se proyecta como sombra siniestra. Teherán, con su ambición atómica y su desprecio por la vida libre, sigue siendo un peligro, no solo para sus vecinos, sino para el equilibrio vital del planeta.

En el mundo occidental, España, patria de letras y razón, es hoy gobernada por una casta de oportunistas que confunde la aritmética parlamentaria con la voluntad popular. Incompetencia, corrupción, relativismo ético y servilismo táctico se han instalado como pilares de gobierno. Su consigna es el poder a cualquier costo.

Y en nuestra América Latina, la historia patina en el lodo del subdesarrollo político. Tres dictaduras siguen vivas por la violencia, la represión y la cobardía del mundo libre. En los demás países, con las excepciones conocidas, la democracia está en cuidados intensivos.   

Vivimos en un mundo en el que la política se ha degradado, el crecimiento económico no alcanza y el liderazgo ha sido reemplazado por la retórica del resentimiento y el culto al poder.  

Los tiempos son graves, sí, pero no irremediables. Lo que hace falta no es un milagro, sino un despertar cívico y moral.

Es hora de que vuelvan los líderes que no temen decir lo que muchos callan ni hacer lo que todos esperan. Líderes que sepan que el poder es servicio, que la ley es límite y que la verdad, aunque incómoda, es el único camino que lleva a la democracia, la justica y la libertad.

 

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