169. Revivir la democracia para salvar la libertad

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168. Líderes con autoridad

Editorial del programa Razón de Estado 169


América Latina enfrenta desafíos extraordinarios que demandan esfuerzos, soluciones y compromisos extraordinarios.  

Somos la región del planeta que con solo 8% de la población mundial ponemos más del 25% de muertes por la violencia y hemos puesto más del 25% de fallecidos por el Covid en el mundo.    

En los últimos 24 meses la economía latinoamericana fue la más afectada por la pandemia y sumó 22 millones de pobres. Hoy, son 209 millones de latinos los que enfrentan la pobreza; lo que significa un retroceso de 12 años y haber vuelto al 33.7% de pobres en América Latina.

Chile, Honduras, Colombia y Brasil recibirán nuevos gobiernos en 2022. Sus pueblos tienen la esperanza de que los grupos políticos que lleguen al poder lo harán consientes de los grandes desafíos y compromisos de Estado que asumirán.

Los seres humanos somos la única especie conocida que tropieza una y otra vez con la misma piedra. Votamos y volvemos a votar por los peores. Aunque, si lo pensamos bien, descubrimos que son los peores cuando ya están en el poder, y creemos que si hubiéramos votado por otra opción nos habría ido mejor. Sin embargo, uno de los dramas de América Latina es su oferta política.

Hace unos meses el pueblo peruano tuvo que escoger entre dos opciones impresentables. El regreso de los Kirchner en Argentina o de Evo Morales a Bolivia, AMLO en México, Bolsonaro en Brasil, la Centroamérica adolorida, nos dan una idea del abandono a la política y a los temas de Estado por parte de las elites y de los ciudadanos latinoamericanos.       

Con las excepciones conocidas, demasiados países del subcontinente sufren un subdesarrollo político crónico, destructivo y vergonzoso que ha hecho de la política un instrumento criminal, del Estado un club de delincuentes y de las democracias republicanas una mentira suicida.

La locura populista de la izquierda radical, financiada por el narcotráfico en algunos países y empoderada en otros por la corrupción de la derecha incompetente, son la mayor amenaza que hoy enfrentan la libertad y la democracia en América Latina.

Bolivia y Perú dan cuenta de ello. Honduras está en peligro.

Chile y Colombia enfrentan una dinámica distinta. Con gobiernos presentables enfrentan el ataque salvaje del Grupo de Puebla y su agenda geopolítica, corrupta y populista, para destruir América Latina.

Desde hace 3 años, a los que se sumó una pandemia, la falta de estadistas en la política y la ausencia de un modelo de desarrollo consecuente y efectivo, nos expone a que, en el próximo ciclo de elecciones en la región, se defina el destino de más de una generación. 

Si algún desafío tiene hoy América Latina es luchar porque las ideas de la Libertad, la Justicia y la democracia republicana revivan con fuerza y determinación para rescatar el pedestal que les corresponde y para devolver la esperanza a sus pueblos.    

 

 

 

 

 

 

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