236. Dionisio Gutiérrez: la disputa entre dos sistemas

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Editorial del programa 234 de Razón de Estado

Editorial del programa Razón de Estado número 236


 

¿Sabía usted que la economía y la política son dos caras de la misma moneda, y que, para que tenga valor, por un lado, y beneficio social por el otro, las dos deben funcionar?  

 

¿Qué piensa usted cuando le dicen que la amenaza más grande del Siglo XXI es una plaga de criminales que dicen ser políticos, practican el populismo nacionalista, de izquierda la mayoría, aunque también los hay de derecha, siempre corruptos y autoritarios?

 

¿Cree usted que el mundo está siendo disputado por estos dos sistemas?

 

El primero, el sistema que construyó el mundo desarrollado: la democracia liberal, con división de poderes, elecciones transparentes, mercados libres, respeto a la ley y solidaridad con los más necesitados.

 

Y el segundo sistema, las autocracias que nos quieren imponer una colección de déspotas, zorros con piel de oveja – con el perdón de los zorros y las ovejas – normalmente sociópatas y corruptos, que no tienen ningún respeto por los derechos civiles y las libertades de los ciudadanos.     

 

Vivimos tiempos de obstáculos y desafíos formidables. La democracia, el menos malo de los sistemas conocidos, tiene defectos, a los que se suma que demasiados políticos la adulteran, la falsean y la desfiguran; y por eso, convirtieron a los jóvenes, que son la mayoría, en los grandes ausentes en la política. Su desencanto con la democracia es una peligrosa debilidad que abre espacio a propuestas populistas y autoritarias.

 

Vivimos en un mundo inundado de información irrelevante, de noticas falsas, promesas peores, confusión, mentiras y desinformación. Practicar los valores que construyen sociedades libres y prósperas y tener claridad sobre las batallas que se deben ganar, es hoy, cuestión de sobrevivencia. 

 

La democracia necesita la presencia y el compromiso de los ciudadanos. La democracia necesita de mucho trabajo y dedicación. Por eso, la tarea que tenemos los ciudadanos latinoamericanos en edad de votar y participar es preservar, proteger y defender las ideas, los valores y las leyes que nos permiten vivir en Estado de derecho, en democracia y en libertad.

 

La buena noticia, y para beneficio de las ovejas y los zorros, es que estamos a tiempo.

 

 

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