127. Un futuro con cara de esperanza

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127. Un futuro con cara de esperanza

Editorial del programa Razón de Estado número 127

 

 

En las próximas semanas quedará integrada la Corte Constitucional que marcará el paso del Estado de Derecho en nuestro país, será la protectora de nuestra Constitución y la garante de nuestra democracia republicana por los próximos 5 años.

De una correcta y transparente integración de la máxima Corte depende de que volvamos al camino de una democracia de instituciones, de Cortes respetables e independientes y de un Sistema de Justicia que cumple con sus funciones.

Si las organizaciones criminales y sus operadores políticos logran colar en la Corte a personajes como el que hoy tiene orden de captura, la democracia republicana sería condenada a muerte. Caeríamos en un Estado criminal.

Por eso, es de suma importancia que los mejores juristas del país den un paso al frente y formen una Corte Constitucional como la que Guatemala merece y necesita.    

En los próximos días, los candidatos a la Corte deben presentar sus papeles para ser considerados. Los motivamos a que se animen.

Este es uno de esos momentos en los que la nación necesita de sus mejores hijos. Este es uno de esos momentos que demandan responsabilidad y madurez ciudadana.    

Por eso celebramos la toma de conciencia y presencia cívica de instituciones de la sociedad civil, sector privado y grupos de la sociedad que se activaron para vigilar y acompañar la elección de magistrados para la máxima Corte de nuestro país.

Vigilar y acompañar lo que debe ser un proceso transparente a través del cual se elijan juristas honorables y capaces.

Por eso presentamos nuestro respeto a la Fiscal General por haber puesto en orden el asalto que se pretendió desde el Congreso.

No podemos, no debemos seguir siendo una nación de ciudadanos que consentimos o callamos.  Lo que se hace en nuestro nombre a manos de esos que se dicen representantes de la patria amenaza el presente y compromete el futuro.

Después de verlos juramentar a un prófugo de la justicia solo queda afirmar: esos representantes, no está claro de qué, que se hacen llamar diputados, deben aprender a rendir cuentas y a responder por sus actos. 

Por eso es tan importante la participación ciudadana y un liderazgo presente y decidido para dar las batallas que la república demanda.

Si en 2021, Guatemala elige una Corte Constitucional capaz, independiente y honorable, se abrirá la puerta para que elijamos magistrados para la Suprema y las salas de apelaciones con las mismas condiciones.

Con el Sistema de Justicia restituido y una ciudadanía entusiasmada con sus primeras victorias cívicas en mucho tiempo, podríamos aspirar a promover las reformas del Estado en temas electorales, de Justicia, servicio civil y transparencia. Podríamos hablar en serio de un modelo de desarrollo fundado en la libertad, el Estado de Derecho, en la certeza para la inversión, la creación de oportunidades y un horizonte de optimismo inteligente.

A pesar de nuestros problemas, penas y tristezas, el futuro tendría cara de esperanza.      

Si el Presidente de la República asume ésta como su agenda de Estado, dejará a Guatemala en 2024 en su mejor momento desde la apertura democrática y pasará a la historia como un hombre de Estado.     

 

 

 

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