278. Dionisio Gutiérrez: For the drums of peace

December 20, 2023
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278. Dionisio Gutiérrez: Por los tambores de la paz. Razón de Estado

Editorial del programa Razón de Estado número 278


 

Si es cierto que la historia de la especie humana ha evolucionado en ciclos, los buenos y los malos, también lo es que, a partir del año 2000, el mundo empezó a dar señales de cambio, desencuentro e incertidumbre.

Los tambores de guerra empezaron a retumbar, y no se callan; la economía global se hizo insuficiente y la tecnología nos tiene subidos en una rueda de circo que a veces marea porque aumenta su velocidad por segundo.

Llegamos al final de un año más, que exige que nuestra fe en la humanidad no se rinda ante la brutalidad de la barbarie, por la violencia y por la muerte de inocentes; debido a tanto político impresentable y mentiroso, y a causa de castigos injustos o el pago de culpas ajenas.

Estamos a las puertas de un nuevo año, en el que aspiramos a que los hombres y mujeres de la América Latina no sean más aquel personaje humilde y estoico que sube, la piedra al cerro, los déspotas al poder, y luego emigra para sobrevivir; no precisamente cruzando el Rio Bravo en dirección a la Patagonia.

Los tiempos que vivimos nos exigen que encontremos la serenidad para reconciliarnos, la inteligencia para hacer realidad nuestras metas e ilusiones, y la humildad para aceptar que a esos lugares solo nos llevarán la determinación, el compromiso y los sacrificios necesarios.

Si es cierto que la madurez es cuestión de información y aprendizaje, el mundo de hoy nos ofrece la primera con abundancia; pero es vital que sepamos filtrar, discernir y escoger entre el trigo y la paja, para alcanzar madurez y conocimiento, sin olvidar que, el camino hacia la felicidad está, no tanto en llegar, como en intentarlo, dando lo mejor de ti.  

La vida no es tanto lo que buscas como lo que encuentras. Nada te caerá de arriba si no subes a buscarlo. Está bien tener fe, pero son la voluntad, el trabajo y la persistencia lo que mueve montañas.  

En el mundo de hoy, los problemas nos doblegan y las necesidades nos humillan, pero, es allí, donde debemos encontrar paz en la tormenta y esperanza en el ser humano, la razón de ser de la creación. Solo así, podremos volver a los días de la siembra y de la danza.

En mi nombre y el del alto mando de nuestra Fundación, Feliz Navidad y nuestros mejores deseos por un gran 2024.

 

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