256. Dionisio Gutiérrez: América Latina necesita más militantes de la democracia

Julio 24, 2023
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253. Dionisio Gutiérrez: El factor Arévalo

Editorial del programa Razón de Estado número 256


 

 

Un Estado Democrático y de Leyes que se respetan es una obra cultural que se alcanza a través de la educación, el tiempo y una larga práctica de instituciones políticas garantes de la justicia, el Estado de Derecho y la libertad.    

La salud de las democracias latinoamericanas depende de que se respeten y se hagan cumplir sus Constituciones.

Sin embargo, hay síntomas evidentes y dolorosos de que América Latina sufre un subdesarrollo político que se manifiesta con la ausencia de Estado de Derecho, con la incultura de promulgar leyes que no se cumplen y fundar instituciones que no se respetan.

La criminalización de la política está provocando en demasiados países de nuestra región la instalación y consolidación de Estados criminales.

El descaro es tan grotesco, que algunos grupos llegan al extremo de afirmar que hay países que no funcionan sin corrupción.  

Es en esas condiciones cuando las economías dejan de servir a toda la sociedad.

Los Estados criminales, pintados de derechas o de izquierdas, usan la corrupción, el populismo y la represión como herramientas de trabajo. 

Por eso, es urgente devolver brillo y liderazgo a la política. Su ejercicio ético debe ser un esfuerzo cívico y académico imprescindible y permanente.

El desarrollo de las naciones tiene como condición que Estado y sociedad, gobiernos y ciudadanos, se pongan de acuerdo en la gestión de la política y de la economía.

Para que a una le vaya bien, a la otra le debe ir mejor, y viceversa.

Para tener éxito en la política, América Latina necesita más militantes de la democracia, para, por un lado, construir instituciones fuertes e independientes, y por el otro, combatir la maquinaria de crimen y corrupción que se opera desde la política y que se esconde en la debilidad de los sistemas de justicia.

Para tener éxito en la economía, la región debe aplicar la fórmula de certeza jurídica y políticas públicas que motivan la inversión y garantizan el libre mercado y la propiedad. Lejos del populismo y la intervención.    

Es imprescindible recuperar el respeto y el prestigio en las instituciones de la democracia y en la política para tener economías que ofrecen oportunidades y bienestar para todos.

Solo las democracias que respetan la división de poderes, la justicia y las leyes pueden ser fuente de prosperidad y escudo de libertad.

 

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