Editorial del programa Razón de Estado número 248
Solo quienes viven bajo la opresión de las dictaduras saben del terror que se sufre cada día y del dolor y la asfixia que provoca sentirse despojado de su libertad.
Chávez y Maduro convirtieron a Venezuela en un Estado criminal y fallido invocando las excusas de los tiranos: el nacionalismo, el discurso patriotero y el populismo. Destruyeron su industria petrolera y se pasaron a la cocaína y a cualquier otra actividad que sea un delito, pues esa es su naturaleza.
Venezuela está hundida en la miseria, el desabasto, la inflación y la zozobra. La pobreza extrema sobrepasa el 50% en un país donde más del 80% son pobres; en un país que tiene los recursos y la oportunidad para ser uno de los más ricos del planeta.
Sobre la narco-dictadura de Caracas se ha dicho todo ya. Venezuela es una nación secuestrada, sometida y ultrajada ante la mirada pasiva, indiferente, y con frecuencia hipócrita, del mundo occidental.
Desde que la democracia venezolana fue sentenciada a muerte en 1999, se han escuchado voces tímidas de protesta en la comunidad internacional, pero la realidad evidente no cambia. Hará falta mucho más que eso para liberar Venezuela.
Pues hoy, aunque ya nadie cree en nadie, se abre una nueva oportunidad, idealista y hasta ingenua, para devolver su libertad al pueblo venezolano. Se debe intentar.
Para lograrlo hará falta la participación decidida de todos los venezolanos, y el apoyo y el compromiso de las democracias respetables del mundo.
La oposición venezolana, o sea todo el pueblo excepto quienes viven de la dictadura, a través de los grupos y partidos que la forman, irán a elecciones primarias para elegir a un candidato de unidad que se enfrentaría a la dictadura.
Con todo en contra, incluyendo una América Latina ingobernable y perdida en sus contradicciones; así como en 1999, fue Venezuela la primera víctima del socialismo del Siglo XXI, hoy puede y debe ser la primera que se libera.
Unas elecciones primarias exitosas en 2023 son la llave para dar la batalla contra la dictadura en las elecciones generales de 2024. El mundo libre debe exigir y garantizar, a cualquier costo, que sean libres y transparentes.
No pedimos mucho. Solo queremos Libertad para Venezuela.