Editorial del programa Razón de Estado número 249
La crisis del agua es considerada ya una amenaza para el desarrollo sostenible y la paz mundial.
La falta de acceso a agua limpia mata a miles de personas cada día. La mayoría, niños.
El acceso al agua potable y al saneamiento básico es un derecho humano fundamental. La situación actual y las proyecciones imponen que se responda de manera global, contundente y coordinada.
El agua es fuente de vida. No debe, no puede ser fuente de conflicto. Todos los seres humanos deben tener acceso a ella.
La crisis del agua es una de las tribulaciones del subdesarrollo. Se supone que hay suficiente agua para todos, pero la falta de planificación, la incapacidad gubernamental y la corrupción han sido el denominador común de esta desgracia en amplias geografías de varios continentes; una crisis agravada por la falta de infraestructura, la contaminación y el mal uso, haciendo este bien esencial que es el agua, de difícil acceso para millones de seres humanos.
Gobiernos, en primer lugar, porque es su responsabilidad, pero también ONGs y empresas del mundo deben hacer esfuerzos extraordinarios para que el agua sea accesible, con planes de emergencia para las comunidades más vulnerables.
En América Latina, a la escasez de agua que provocan malos políticos y peores gobiernos, se suman el cambio climático, la deforestación, la contaminación industrial, agrícola y doméstica, el crecimiento poblacional y una desordenada urbanización.
Estas dinámicas destructivas no solo aumentan las tensiones y los conflictos sociales y políticos sino también tienen impactos negativos en la salud, la seguridad alimentaria y la estabilidad ambiental.
El agua es el recurso más valioso del planeta y puede ser accesible para todos, pero debemos promover prácticas sostenibles, proteger nuestras fuentes de agua y fomentar el uso responsable para aspirar a un futuro próspero y sostenible.
La tecnología nos llevará a lugares insospechados para acceder al agua, pero, mientras llegamos ahí, nuestras acciones individuales y colectivas son determinantes para su disponibilidad en el presente.
A través de la historia, desde los cavernícolas, ha sido el agua, en primer lugar, el factor crítico para el desarrollo y la evolución de la especie humana. Cuidémosla.