Editorial del programa Razón de Estado número 328.
Hablando de demografía, ¿sabía usted que, en tres países de Asia, uno de África y uno de América Latina, en los últimos 25 años, uno de cada dos niños que nacieron, sufrió desnutrición crónica? Esto es la mitad de sus niños. Y si en esos cinco países, en 25 años, se duplicó la población, quiere decir que hoy, la mitad de su gente tiene severas lesiones cerebrales o sufre un atraso mental.
Estas naciones tienen su desarrollo comprometido y tendrán que hacer casi milagros para salir adelante mientras no resuelvan el drama humano que es una vida nueva mal alimentada.
Hablando de demografía, ¿sabía usted que, en 2045, en Estados Unidos, las minorías serán la mayoría? Negros, latinos, asiáticos y otros superarán a la población blanca no hispana.
Europa, que es cada día menos europea por la llegada de hindúes, árabes, chinos y africanos, en 2050 será un continente muy distinto al que hoy conocemos.
Y en América Latina, donde, a pesar de tener un bono demográfico por la cantidad de jóvenes que la creación nos regaló, estamos atrapados en el populismo, el subdesarrollo político, la corrupción y el narcotráfico. Como otras naciones en el mundo, y con escasas excepciones, estamos gobernados por inútiles, bandidos y déspotas.
Así, a Estados Unidos y a Europa, donde las minorías siguen teniendo más hijos que la población blanca, se sumarán refugiados e inmigrantes que cada día serán más mientras la política sea la porquería que es en tantos países.
Es cierto que los movimientos demográficos han reducido las diferencias globales prácticas y han pintado las ciudades de colores, pero también es cierto que están creciendo las molestias e incluso los conflictos por el rompecabezas social, étnico y cultural que se ha formado en un mundo cada día más complejo e insuficiente.
Al final, el futuro próximo indica que las naciones desarrolladas harán lo posible para detener la migración desde los países que no funcionan; pero, aun así, los humanos seguiremos cruzando fronteras, trascendiendo diferencias culturales y buscando, cada quien, resolver su vida y alcanzar sus anhelos.
Nacimientos, razas, costumbres, migraciones, muertes, edad, género, nivel educativo y ocupación, entre otros, son los datos que usan los expertos para proyectar el futuro y, según ellos, para tomar decisiones informadas. Sin embargo, serán siempre la lucha del ser humano por sobrevivir y su permanente búsqueda de seguridad, oportunidades y libertad las motivaciones que le harán incluso ofrecer su vida por su futuro y el de los suyos.