228. Dionisio Gutiérrez: Nuestro compromiso con la libertad

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228. Dionisio Gutiérrez: Nuestro compromiso con la libertad

Editorial del programa Razón de Estado número 228


 

Hace 32 años, con la complicidad de la juventud y la inexperiencia, tuve el atrevimiento de hacer mi primer programa de televisión. Bautizamos aquella tribuna con el nombre de Libre Encuentro. Fue una experiencia potente de humildad, aprendizaje y crecimiento.

Libre Encuentro duraría 20 años en los que expusimos y enfrentamos a políticos, gobiernos, capitostes, cantamañanas, bandidos, mediocres y criminales, de esos que destruyen naciones y asesinan los sueños e ilusiones de la gente. 

Hace algunas semanas, NTN24, el generoso canal de las Américas, tuvo la valentía de invitarme a ser parte de su equipo para estar con ustedes un rato cada semana; ahora, desde la tribuna que hoy me acompaña, y que lleva el nombre de Razón de Estado. 

Pensamos que, si nos vamos a ver con alguna frecuencia, es oportuno que, en pocos minutos, hagamos el intento de contarles quiénes somos y lo que hemos hecho en la fundación que presido y desde las tribunas donde nos expresamos para defender y promover los valores de la libertad, la democracia republicana y el Estado de derecho.

Llevo 43 años de ser un activista cívico, pero solo 32 frente a las cámaras de televisión. Hoy, bastante menos joven y más feo todavía, puedo afirmar que nuestras batallas siguen siendo las mismas y que sigo convencido de que construir naciones prósperas y modernas tiene como condición que suficientes mentes, corazones y voluntades coincidan y concedan.

Hoy, vivimos en un mundo en el que los pueblos eligen a sus verdugos; los tiranos invaden a sus vecinos a sangre y fuego esperando que nos rindamos ante la barbarie; demasiados políticos gobiernan para robar y las élites se olvidaron de promover y defender la democracia y la libertad que les permitió llegar a donde están.  

Vivimos en un mundo en el que la política se volvió cobarde o prostituta, las democracias son de fachada, las economías se hicieron insuficientes; permitimos que la indiferencia sea cómplice de la corrupción olvidando que corrupción sin justicia es impunidad, y que la impunidad es fuente de atraso y pobreza.

Hoy, la salud, la política, la economía son un desafío. Las relaciones personales necesitan más cuidado. Esto impone que los seres humanos busquemos la forma de curar las heridas que nos duelen a todos, que retornemos a la razón, la decencia, la verdad; porque estas partidas debemos ganarlas.

El desarrollo es un ejercicio virtuoso en el que la política debe dar el marco legal de convivencia y la confianza para la inversión y la creación de oportunidades. Este es el camino a la solución de los problemas sociales.  

América Latina está en un momento en el que necesita renovación, cambio político y ciudadanos dispuestos a pagar el costo y a ofrecer los sacrificios que conlleva construir naciones libres y prósperas.

Consecuentes con esta misión, hasta con los datos y las reflexiones que duelen, haremos nuestro mejor esfuerzo cada semana para entregarles todo lo que hacemos con optimismo, ánimo y esperanza. 

Así, de Libre Encuentro a Razón de Estado, ésta es la batalla que queremos seguir dando, con ustedes, por nuestros países, para alcanzar juntos las victorias que los latinos merecemos y necesitamos.

 

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