Editorial del programa Razón de Estado número 282
¿Se ha preguntado usted qué quieren decir quienes afirman que las democracias occidentales están decayendo y que el modelo de la libertad individual, la propiedad privada y el libre mercado es un fracaso?
Será mejor que se pregunte quiénes lo dicen, y por qué.
La riqueza y la prosperidad de las que hoy todavía se benefician la mayoría de los habitantes del planeta se debe precisamente al modelo de la democracia liberal y al capitalismo con sentido social, el cual, vio sus mejores días cuando sobresalían la certeza jurídica, la igualdad de todos ante la ley y la decencia de los políticos.
Es cierto que éste es un modelo que, a pesar de ser el único conocido que ofrece resultados, debe evolucionar y modernizarse para estar a la altura de los tiempos; pero también es cierto que, en gran medida, su desgaste y el desencanto que ha provocado se debe al comportamiento de políticos incapaces, deshonestos y narcotraficantes, quienes encima, usan la ideología como instrumento de choque y confusión, y avanzan con la bandera del populismo, que no es más que “pan para algunos hoy”, “hambre mañana para todos”.
Vivimos en un mundo en el que escasean las oportunidades y se trabaja más, para, en demasiados casos, ganar igual o menos. La desinformación y la mentira nos han hecho desconfiados y dificultan que alcancemos acuerdos para luchar por causas comunes.
Por eso, debemos volver al sentido común y a los valores que construyeron el mundo libre, próspero y desarrollado, hoy en peligro por la plaga de políticos que se dedican al saqueo de los dineros públicos y a actuar de forma populista y autoritaria para perpetuarse en el poder.
Por eso, en México debe ganar Xóchitl Gálvez porque la otra candidata va a quebrar México y hará más pobres a todos los mexicanos.
Por eso, en Guatemala deben renunciar la autoritaria fiscal general y su banda de golpistas, defensores de la corrupción y el narcotráfico.
Por eso, el mundo libre debe liberar a los pueblos de Cuba, Nicaragua y Venezuela, sacando a patadas a sus criminales dictadores.
Por eso, Lula en Brasil y Petro en Colombia se deben comportar. Novoa en Ecuador y Milei en Argentina deben tener éxito. Y Tuto Quiroga debe ser el próximo presidente de Bolivia.
Estos son los hechos que nos devuelven a la racionalidad política, a la decencia de la democracia republicana y a los valores de la libertad.