339. Dionisio Gutiérrez: Desde esta tribuna

Febrero 21, 2025
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339. Dionisio Gutiérrez: Desde esta tribuna

Editorial del programa Razón de Estado número 339.


Eso que llaman la "agenda woke" nació con la intención de promover inclusiones, igualdades, favores y privilegios a una parte de la sociedad americana, con secuelas para todos. A la fuerza, por imposición, usando poderes y presupuesto público, y por eso ha generado fuerte rechazo en las sociedades más tradicionales, liberales y conservadoras del mundo.

Los cuestionables objetivos del wokismo son inaceptables porque son una imposición ideológica en la cultura, la educación y la política. Busca obligar a las personas a adoptar ciertos valores sin permitir el debate.

El lenguaje inclusivo, la sensibilización racial y la deformación en las cuestiones de género pretenden ser llevadas a extremos absurdos. Eso de que se permita que niños menores de edad puedan cambiarse de sexo porque una mañana despertaron sintiendo que les gustan más los juguetes del género conrtario es una aberración.    

En la cultura de la cancelación, el wokismo censura y persigue a quienes piensan diferente. Su hipocresía y doble estándar han quedado en evidencia porque muchos de ellos usan el activismo para obtener dinero y poder, sin aplicar lo que predican.

Muchas comunidades ven la agenda woke como un ataque a los valores tradicionales de la familia, la religión y la identidad cultural. Y, como el wokismo también llegó a la política porque algunos creen que da votos, partidos y gobiernos, utilizan la "justicia social" como excusa para censurar y controlar la sociedad. En algunos países, se han prohibido las críticas a la ideología de género bajo el argumento de que es discurso de odio. El activismo que pasa de defender derechos a imponer una visión única y castigar a quienes no la comparten ofende la dignidad humana y amenaza la libertad individual.

Desde esta tribuna, hemos defendido siempre la libertad y el respeto a la ley. Esto quiere decir que cualquier ser humano puede hacer con su vida lo que mejor le parezca y merece todo el respeto de los demás, mientas no quiera imponer sus criterios, violar la ley o pasar sobre los derechos de los demás. Merece todo el respeto mientras no pretenda que el Estado, por la fuerza, imponga su visión.

Si a los políticos y al Estado les cuesta cumplir con las obligaciones para las que existen, por cuestión de sobrevivencia y para proteger nuestras libertades, no los invoquemos ni permitamos que se entrometan en nuestras vidas.

Vivamos en libertad, respetemos a los demás y construyamos naciones exitosas. 

 

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