Editorial del programa Razón de Estado número 326.
¿Ha pensado usted alguna vez el absurdo que es el hecho de que un grupo de pistoleros, cavernícolas trogloditas, se roben un país, con todo y su gente, e impongan, con fusil en mano, una dictadura en la que quien desobedece o reclama es encerrado en jaulas, es asesinado o forzado a emigrar?
Este es el caso de Cuba, desde hace 65 años. La dictadura más larga en la historia de América Latina.
El clan de sicópatas que es el castrismo, a sangre y fuego, eliminó la libertad, la propiedad, la ley y demás derechos humanos esenciales para la vida a millones de seres humanos; y, si bien, hasta hoy han emigrado muchos de ellos, aquella isla sigue siendo uno de los campos de concentración más grandes, vergonzosos e infames del planeta.
Con el paso del tiempo, para el Occidente libre, la tiranía cubana se convirtió en una amenaza y fuente constante de agresión, porque, desde La Habana, se conspira y se sabotean las débiles democracias latinoamericanas; y se convirtió también en una humillante y dolorosa vergüenza por las atrocidades que se cometen en esa isla, a tan pocas millas del continente americano.
La dictadura cubana, experta en la propaganda y la mentira, justifica su usurpación en el poder con la sucia táctica de inventar bloqueos y enemigos, cuando la amenaza y la tragedia de los cubanos es la gentuza criminal que los desgobierna.
Debe quedar dicho también, la vergüenza y el oprobio que representan Zapatero, Lula, AMLO, Evo Morales, Correa, Petro, entre otros personajes oscuros e infames, oportunistas y cómplices facilitadores, payasos y bufones tamboreros de la sucia, tiránica y sanguinaria dictadura cubana.
Ante la indiferencia del mundo libre, hay preguntas obligatorias:
¿Van Nicaragua y Venezuela por el mismo camino?
¿Cuándo verán los pueblos cubano, nica y venezolano la luz de la libertad?
Con los venenosos precedentes que imponen esas dictaduras y en los tiempos que vivimos ¿se puede repetir alguna variante de ese modelo autoritario, antidemocrático y represivo en otros países del continente?
¿Qué países están en riesgo?
Es cierto que la libertad es el regalo más grande que nos dieron los cielos, pero no se cuida sola. Suprimirla para perpetuar la injusticia que impone la justicia revolucionaria y negar los derechos fundamentales del ciudadano libre son el desprecio más grande a la dignidad humana.