En 1993, el empresario guatemalteco Dionisio Gutiérrez fue entrevistado por el diario Siglo21 a propósito de la situación política de Guatemala y la región Centroamericana.
Dionisio Gutiérrez Mayorga, director del programa de TV “Libre Encuentro” y de los empresarios de mayor éxito en el país.
Desde que apareció en la televisión hace dos años, dirigiendo el programa “Libre Encuentro”, Dionisio Gutiérrez Mayorga se ha convertido en una de las figuras más conocidas por los guatemaltecos. Además de sus actividades en los medios de comunicación, nuestro entrevistado es presidente de la Cámara de la Libre Empresa, reconocida por sus encuestas durante las últimas dos elecciones presidenciales; vicepresidente del Banco Reformador y presidente de Multinversiones, un grupo que posee, entre otras, grandes empresas avícolas y de la construcción, que dan empleo a cerca de siete mil personas. Tras la trágica muerte de su padre ocurrida en octubre de 1974, cuando a bordo de una avioneta se dirigía a dar ayuda a los damnificados del huracán Fifí en Honduras, este joven tuvo que hacerse cargo de las empresas, en un momento crítico para ellas. En estas páginas, Dionisio Gutiérrez nos cuenta la historia de su vida, sus anhelos, sus ilusiones, y se declara como un hombre idealista, soñador y “con muchas ganas de echar punta”.
Dionisio Gutiérrez Mayorga nació en la ciudad de Guatemala, el 23 de julio de 1959. Durante sus primeros diez años vivió en Quetzaltenango y estudió en el Liceo Salesiano de aquel departamento. Pocos meses antes de cumplir once años sus padres lo traen a la capital para que se incorpore a la educación capitalina. Aquellos años de juventud transcurrieron dentro e las aulas magnas del Liceo Guatemala, en donde obtuvo el diploma de bachiller, más tarde el título de licenciado en Administración de Empresas así como una maestría en gerencia internacional y finanzas. Es miembro del grupo de observadores políticos latinoamericanos con sede en Venezuela. Este honor es otorgado a las personas que participan activamente en el fortalecimiento de la democracia en Latinoamérica.
Sus padres son Dionisio Gutiérrez Gutiérrez, ya fallecido, y Esperanza Mayorga. Tiene cuatro hermanos, dos hombres y dos mujeres. Practica diversos deportes; es cinta negra en karate y piloto aviador. Lee sobre tópicos políticos y económicos. Aprendió y ejecutó guitarra en España, en donde integró un grupo musical de jóvenes.
El fallecimiento de su padre le obligó a hacerse cargo de las empresas familiares a una corta edad.
Podría relatarnos cómo sucedió
En esa época estaban en pleno crecimiento las empresas de la familia, pero cometimos el error de hacer grandes inversiones en Nicaragua, lo cual creó una crisis financiera grande. Teníamos muchas deudas y enormes presiones. Imagínese el shock tan grande que me produjo tomar decisiones importantes a los quince años, y participar en reuniones muy difíciles junto con mis hermanos. Yo soy el segundo, pero por razones del destino me tocó estar muy activo en el proceso de rescate. Para solventar aquella crisis tuvimos que hipotecar la casa para el pago de deudas y utilizar el seguro de vida de mi padre para ese mismo efecto. Así que me tocó pasar una juventud bastante ocupado. Trabajaba y estudiaba, y no me quedó tiempo para hacer todo lo que hacen los quinceañeros.
¿A qué se debe el éxito de sus empresas?
Básicamente se debe a que el grupo está integrado por hombres profesionales, gente totalmente dedicad a las tareas empresariales. Mi abuelo era español, y un buen número de personas de la familia eran originarias de aquel país. Con el tiempo las empresas han quedado en manos de guatemaltecos, los cuales han proyectado una imagen popular a las mismas. Todos nos sentimos realmente parte de ellas, porque adoptamos en conjunto las decisiones importantes en beneficio de todos. Esto crea una mística muy especial, sobre todo, por el tipo de relación que llevamos, el cual crea una comunicación abierta y un proceso administrativo profesional.
¿Cuáles son las empresas que usted tiene a su cargo?
Soy presidente del grupo Multinversiones, propiedad de la familia Gutiérrez, cuyas ramificaciones se extienden a El Salvador, Honduras, Costa Rica y en varios países latinoamericanos encabezados por México y Brasil. Tuvimos un proyecto piloto en Estados Unidos, pero se determinó que éste no era conveniente.
¿Aproximadamente a cuántas personas emplean?
Aquí en Guatemala, a más de siete mil personas. En todas las empresas llegamos a cerca de catorce mil.
¿Qué importancia tienen sus empresas en la economía del país?
Creemos que estamos coadyuvando en actividades básicas, especialmente en el área de alimentos. Consumimos mayoritariamente insumos nacionales y tenemos productos absolutamente competitivos a nivel mundial. Obviamente, no podemos competir con los que vienen subsidiados de otros países.
¿Cuál es la relación que mantienen con las empresas avícolas?
Estas empresas constituyen una de las divisiones del grupo, lo cal significa que también pertenecen a la familia.
¿A qué otras actividades se dedica?
Soy presidente de la Cámara de la Libre Empresa, y director general de Libre Encuentro; soy además vicepresidente del Banco Reformados; y a otro nivel, miembro del grupo de observadores políticos latinoamericanos.
¿Con qué propósito se creó la Cámara de la Libre Empresa?
Cuando ésta nació, básicamente gestionada por Jaime Arimany, la idea era promover los conceptos de libertad empresarial, la propiedad, la competencia y los derechos atinentes a estos conceptos que son la base del progreso de una nación.
¿Cuál es la filosofía de la Cámara?
Básicamente es la defensa de principios como la libertad, la propiedad y la vida, cuya profundidad es obvia.
¿Cuál ha sido el mayor logro obtenido?
Posiblemente, a pesar de ser una institución que defiende principios y no intereses particulares, es mantenerla viva, porque en un país como el nuestro, desgraciadamente, es muy difícil mantener un proyecto que represente intereses, conceptos y otros logros como las encuestas que trabajamos durante los procesos electorales; y la creación del programa Libre Encuentro.
Se ha comentado que el programa sirve para confrontar a diferentes sectores de la sociedad ¿qué podría decirnos al respecto?
Una de las formas para que se produzcan cambios en cualquier país, sobre todo en uno como el nuestro que padece tantas eficiencias, tantos problemas y tanta mala gente dirigiéndolo, creo que es la confrontación, una de las pocas herramientas que tenemos para transformarlo. Obviamente debe ser positiva, agresiva y educada.
Háblenos acerca del interesante trabajo que realizan en el programa.
Normalmente, escogemos temas de actualidad y buscamos a los mejores expositores. Muchas veces no se logra que lleguen candidatos invitados, y al final nos encontramos con tres o cuatro personas, quienes llegan al programa unos minutos antes de su inicio. Allí se les explica la metodología y luego discutimos el tema. Eso quiere decir que no se pasan preguntas por adelantado; todo se da de forma libre, tremendamente improvisado, lo cual le da su sabor interesante.
De todos los programas ¿Cuál es el que más le ha gustado y por qué?
Posiblemente con los que me he sentido más proyectado y satisfecho es con los programas navideños, porque conllevan un mensaje diferente. En ellos he tenido un contacto especial con mi pueblo, tanto al visitar los mercados, como el interior del país y saber lo que la gente piensa. Sin embargo, hemos realizado programas importantes como el de la guerrilla. Para lograrlo viajamos a México, con el objeto de entrevistar a los comandantes de la URNG. Luego se han logrado con la asistencia de varios presidentes del Congreso o ministros de estado, en donde hemos tenido la oportunidad de preguntar directamente acerca de realmente cuál es el proyecto nacional sobre el que se está construyendo este país, y lamentablemente hemos comprobado que todavía no existe ninguno viable.
¿Cuál es su opinión sobre la Guatemala actual?
Aunque muchos dicen que debemos ser positivos y optimistas, creo que particularmente no me siento nada orgulloso de la patria que le estamos heredando a la generación que viene detrás de nosotros, entre los cuales están mis hijos. Me duele la realidad de seguir viviendo en guerra; pero no tanto de la que se habla con la UNRG, sino más bien de la lucha que sigue el pueblo en contra de la miseria, del abuso, corrupción, impunidad, de la incapacidad y la falta de conciencia permanente de casi todas las autoridades que llegan supuestamente para resolver los conflictos nacionales, pero que a la postre únicamente resuelven sus problemas pecuniarios. Es necesario crear un proyecto nacional que tenga su base en conceptos muy simples que tienen que ver con la justicia, la seguridad y con la confianza de un pueblo ante su gobierno. Luego, debería crearse un proyecto nacional donde obviamente habría que tocar la educación, que sigue siendo otro de nuestros grandes males, y que a la postre es en buena medida lo que nos tiene atrasados. Después viene la salud que constituye motivo de vergüenza, porque llevamos siete años de “gobierno democrático”, y seguimos con crisis permanente en los hospitales. En lo económico, es necesario darle forma a una estructura legal y de política económica que cohesione un proyecto de desarrollo integral, que tome en cuenta la realidad y las necesidades del país.
Dentro de las soluciones a corto y largo plazo, ¿cuáles podrían aplicarse a los problemas antes mencionados?
Si los que formamos el pueblo de Guatemala, no confiamos en el gobierno, ni en el sistema de justicia y menos en su sistema de seguridad ¿Cómo vamos a pretender ser un país confiable a nivel internacional? Para resolver la ausencia de un proyecto nacional hace falta la participación activa de todos los guatemaltecos en el sentido de exigir el cumplimiento de sus derechos y sus obligaciones, y luego priorizar objetivos específicos, tales como integrar el Congreso con personas decentes y capaces y evitar lo que sucede actualmente con la presencia de diputados indeseables, que hacen cualquier cosa, menos legislar a favor de los intereses nacionales. Se necesitan personas respetables, cuya credibilidad sea absoluta. Me imagino que la crisis y los grandes obstáculos no se cambian desde abajo, sino desde arriba, con participación desde la cúpula y más gente exigiendo desde abajo.
A su criterio ¿Cuál ha sido el papel de los medios de comunicación en dicha problemática?
La verdadera oposición al régimen han sido los medios de comunicación, lo cual es absurdo en una democracia, porque aquí la oposición política es muy débil. Normalmente en Guatemala un grupo mayoritario del Congreso o del mismo Ejecutivo, asume la dirección en un solo bloque, lo cual se dio tanto en el gobierno pasado como en el actual. Debido a la ausencia de una verdadera oposición política, los medios han tenido que asumir ese papel, señalando los abusos, los errores, las deficiencias y la carencia total de ese proyecto nacional.
¿Cuál es, a su criterio, la imagen que Guatemala mantiene en el exterior?
Guatemala solamente es señalada en cualquier parte del mundo por romper récords de mortalidad infantil, analfabetismo, falta de salud y corrupción. Lamentablemente, únicamente suena ese tipo de hechos a novel internacional esto nos produce mucha vergüenza.
¿Podría señalarse al sistema electoral como uno de los medios que provocan tales conflictos?
Creo que el problema no es de sistemas, sino de hombres y al final, no importaría qué sistema electoral nos rija. Mientras tengamos la clase de políticos que tenemos, Guatemala nunca va a salir adelante, por eso es que se llama a la participación ciudadana a efecto de desterrar a toda esa gente negativa que nos ha gobernado y que actualmente lo hace.
¿Cree prudente que los empresarios se involucren en política?
No creo que solo los empresarios deben hacerlo, sino todos los guatemaltecos que participan en los sectores sindicales, medios de comunicación, etc. Todos debemos participar. Personalmente me encantaría que un buen grupo ciudadano somatara las puertas del Congreso, exigiendo que haya gente más honrada y en su interior.
Se dice usted es uno de los aspirantes a la presidencia de la república ¿es cierto eso?
No tengo ninguna aspiración, ni suspiro por cargos públicos. Primero, le expreso que no me interesaría participar en partidos políticos. Creo que estoy haciendo algo más productivo y efectivo con el trabajo que actualmente desempeño, y no perdido en uno de esos grupos politiqueros. Además, no tengo ni siquiera la edad para llegar a un cargo de nivel más alto, creo que es prematuro hablar de cualquier tipo de candidatura en este momento.
Si le propusieran trabajar para un cargo púbico ¿lo aceptaría?
Creo que los cambios que este país necesita son tan grandes que no aceptaría, por ejemplo, un ministerio. Lo que debe transformarse no sólo es el sistema, sino la mentalidad de los hombres que ha estado tomando las decisiones importantes, para redefinir cuál es el régimen que nuestro país necesita para caminar correctamente.
¿Podría decirnos de qué manera como empresario y como hombre de conciencia ayuda usted a la nación?
Cada ser humano trae una misión en la vida. A mí la que me tocó, me guste o no me guste, ha sido la de dirigir empresas. Allí creo estar cumpliendo una función social y económica, la cual es necesaria para desarrollar cualquier país. Dentro de nuestras empresas reconocemos al ser humano como el factor más importante dentro de una organización, no importa el nivel que éste ocupe. En el aspecto político tengo muchos años de estar participando en comités estudiantiles, protestando contra las injusticias. Creo que ayudar con mi participación en diferentes actividades, como foros, y en el programa Libre Encuentro.
¿De qué manera un empresario como usted, con una carrera y con un nivel económico elevado, toma conciencia de la crisis que nos afecta?
Cuando uno es muy joven y la vida lo castiga con la pérdida de su padre, al mismo tiempo que asume un golpe mortal, le obliga a acercarse a su país- De allí se derivó que pasé una época muy grande de mi juventud visitando aldeas y pueblos, viendo qué pensaban, cómo miraban el país en aquel entonces. Iba en busca de lograr cómo enfocar mi vida a partir de esa crisis, y ver la realidad de mi país. Así fue como aprendí a conocer a la gente y por eso mismo dediqué mi vida a las cosas que actualmente hago.
¿Existe algún sueño de niño que en la actualidad se haya cumplido?
Sí, creo que fue el participar públicamente en actividades que son importantes para el país. Algo que logré fue tomar conciencia de los problemas nacionales siendo solamente un joven.
Personalmente, ¿cómo podría usted describirse en todos los aspectos de su vida?
Como un miembro de la generación actual de guatemaltecos que deseamos cambiar las cosas. Algunas veces idealista, otras soñados y con muchas ganas de echar punta.