Compartir pensamientos e ideas, por un gran continente
Hace 32 años, con la complicidad de la juventud y la inexperiencia, tuve el atrevimiento de hacer mi primer programa de televisión. Bautizamos aquella tribuna con el nombre de Libre Encuentro. Fue una experiencia potente de humildad, aprendizaje y crecimiento.
Libre Encuentro duraría 20 años, en los que expusimos y enfrentamos a políticos, gobiernos, capitostes, cantamañanas, bandidos, mediocres y criminales, de esos que destruyen naciones y asesinan los sueños e ilusiones de la gente.
Hace algunas semanas, NTN24, el generoso canal de las Américas tuvo la valentía de invitarme a ser parte de su equipo para transmitir a todo el continente americano, cada semana, el programa que hacemos ahora, la tribuna que hoy nos acompaña y que lleva el nombre de Razón de Estado.
Pensamos que, si nos vamos a ver con alguna frecuencia con las audiencias hispanas del continente, era oportuno que, en pocos minutos, hiciéramos el intento de contarles quiénes somos y lo que hemos hecho en la fundación que presido y desde las tribunas donde nos expresamos para defender y promover los valores de la libertad, la democracia republicana y el Estado de derecho.
Y así, en un programa especial, les conté que llevo 43 años de ser un activista cívico, pero solo 32 frente a las cámaras de televisión. Hoy, bastante menos joven y más feo todavía, puedo afirmar que nuestras batallas siguen siendo las mismas y que sigo convencido de que construir naciones prósperas y modernas tiene como condición que suficientes mentes, corazones y voluntades coincidan y concedan.
Hoy, vivimos en un mundo en el que los pueblos eligen a sus verdugos; los tiranos invaden a sus vecinos a sangre y fuego esperando que nos rindamos ante la barbarie; demasiados políticos gobiernan para robar y las élites se olvidaron de promover y defender la democracia y la libertad que les permitió llegar a donde están.
Vivimos en un mundo en el que la política se volvió cobarde o prostituta, las democracias son de fachada, las economías se hicieron insuficientes; permitimos que la indiferencia sea cómplice de la corrupción olvidando que corrupción sin justicia es impunidad, y que la impunidad es fuente de atraso y pobreza.
Hoy, la salud, la política, la economía son un desafío. Las relaciones personales necesitan más cuidado.
Esto impone que los seres humanos busquemos la forma de curar las heridas que nos duelen a todos y que retornemos a la razón, la decencia, la verdad; porque estas partidas debemos ganarlas.
El desarrollo es un ejercicio virtuoso en el que la política debe dar el marco legal de convivencia y la confianza para la inversión y la creación de oportunidades. Este es el camino a la solución de los problemas sociales.
América Latina está en un momento en el que necesita renovación, cambio político y ciudadanos dispuestos a pagar el costo y a ofrecer los sacrificios que conlleva construir naciones libres y prósperas.
Consecuentes con esta misión, así como se lo ofrecimos a nuestra nueva audiencia, lo hago también con el extraordinario medio regional que es Estrategia y Negocios, respecto a que, hasta con los datos y las reflexiones que duelen, haré mi mejor esfuerzo, cada mes, para compartir mi pensamiento y mis ideas con la misma claridad que lo he intentado hacer siempre, manteniendo, a pesar de todo, optimismo, ánimo y esperanza por el gran continente que podemos ser.
Así, de Libre Encuentro a Razón de Estado, desde nuestra fundación y en esta página de Estrategia y Negocios, ésta es la batalla que queremos seguir dando, con ustedes, por nuestros países, para alcanzar juntos las victorias que los latinos merecemos y necesitamos.