Dionisio Gutiérrez explica que el sueño de la unión centroamericana es tan antiguo 'como nuestras independencias'. Destaca que el establecimiento del Sistema de Integración Centroamericano, inaugurado en 1991, aunque insuficiente, ha traído avances y beneficios a la región.
Fundación Libertad y Desarrollo realizará el V Encuentro Ciudadano: “Centroamérica, amenazas y oportunidades compartidas; un destino común”, el 4 de marzo próximo en la ciudad de Guatemala.
En esta oportunidad, invitamos a los presidentes de las democracias de Centroamérica, a más de veinte expresidentes de Iberoamérica y a importantes personalidades internacionales quienes tendrán una agenda de trabajo de dos días por la causa centroamericana.
Este grupo de relevantes personalidades del mundo político, económico y social; y agencias de seguridad de Estados Unidos, pondrán sobre las mesas del debate público regional la gran oportunidad que puede ser para Centroamérica su integración económica.
El mundo podrá ser testigo del compromiso de los presidentes de Centroamérica; a quienes acompañarán los expresidentes José María Aznar, de España; Mauricio Macri, de Argentina; Felipe Calderón, de México; Andrés Pastrana, de Colombia, Tuto Quiroga, de Bolivia; Laura Chinchilla, de Costa Rica; Luis Alberto Lacalle, de Uruguay; Jalid Mahuad, de Ecuador; José María Figueres y Miguel Ángel Rodríguez, también de Costa Rica; el secretario de la OEA, Luis Almagro; el exsecretario del Departamento de Homeland Security de los Estados Unidos, Kevin McAleenan; Jim Milford, Deputy Director de la DEA, Ret.; Luis Alberto Moreno, presidente del BID y Moisés Naím, Chairman del G50, entre otros.
2020 puede ser el año en que Centroamérica rescate el gran proyecto de la integración económica regional; para el desarrollo, el bienestar y el porvenir de los 50 millones de seres humanos que la habitamos.
Tan solo 1.900 kilómetros separan Ciudad de Guatemala de Panamá, distancia similar a la que hay entre Lisboa y Paris.
¿Por qué entre esas dos ciudades europeas, camiones con mercancías o buses con turistas pueden hacer la ruta sin parar para control migratorio y llegar a su destino en 14 horas?
¿Por qué en Centroamérica tendrían que pasar 4 largos controles fronterizos, y, posiblemente tardar 48 horas, corriendo riesgos, en llegar de Guatemala a Panamá?
La respuesta es porque Centroamérica adolece de integración económica, infraestructura, seguridad y certeza jurídica. Elementos básicos del desarrollo que Europa sí tiene.
Aunque ahora, la Unión Europea enfrenta importantes desafíos, la visión que trasciende décadas y anula prejuicios es que la unión y la integración son el camino certero hacia la prosperidad.
El sueño de la unión centroamericana es tan antiguo como nuestras independencias. El establecimiento del Sistema de Integración Centroamericano, inaugurado en 1991, aunque insuficiente, ha traído avances y beneficios a nuestra región.
¿Puede Centroamérica alcanzar los mismos resultados que la Unión Europea?
¿Hay lecciones aprendidas que se puedan adaptar al contexto de nuestra región?
Armonizar, homologar y actualizar legislación fiscal, migratoria, financiera, sanitaria y ambiental sería la primera puerta para que Centroamérica inicie, de una vez por todas, el camino al desarrollo.
La Unión Aduanera con Honduras logró que el tiempo para mover mercancías en la aduana pasara de 15 horas a 15 minutos. Sí se puede.
El comercio y la migración entre Guatemala y Costa Rica o Panamá debe ser igual que entre Francia, España o Alemania.
El desafío de construir la Comunidad Económica de Centroamérica no es fácil; pero, es la gran oportunidad para subirnos al tren de la prosperidad.
2020 presenta una ventana de oportunidad en la actual coyuntura regional que desde hace décadas no teníamos; a lo que se suma que la integración económica está cada vez más incorporada en el discurso de los presidentes centroamericanos.
Está pues, en manos de los presidentes de hoy, tomar la decisión de construir la Comunidad Económica de nuestra región y pasar a la historia como los líderes, los estadistas que consumaron aquel viejo sueño centroamericano que lleva casi dos siglos en las gavetas del olvido.