Editorial del programa Razón de Estado número 308.
La animalidad del ser humano ha sido una cuestión muy discutida a través de los siglos entre sabios, filósofos e historiadores.
En el libro del Génesis, en la Biblia, dice: “Y los bendijo Dios diciéndoles: sed fecundos y multiplicaos; llenad la tierra y sometedla; dominad sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todos los seres, bestias o reptiles que se mueven o se arrastran sobre la tierra.” Esto cambia según la versión de Biblia, pero es el mensaje en Génesis, 1:28.
Para la tradición judeocristiana, el ser humano es cualitativamente distinto y superior respecto a los animales. El gran sabio Aristóteles no pensaba lo mismo. Para él, el ser humano compartía similitudes suficientes con los animales como para considerarlo uno de ellos, salvo una supuesta y notable diferencia que le hace único: su racionalidad. De ahí la expresión que trasciende siglos: “el ser humano es un animal racional”. Pero ¿es cierto esto? Dictadores, tiranos y genocidas, violadores, sociópatas y criminales son seres irracionales, repugnantes y despreciables; y en todos los casos, peores que las bestias y los reptiles.
Traigo esto a cuento porque en estos días, un grupo de canallas con esas características bestiales y pestilentes será vencido, expulsado y arrasado en elecciones libres por un pueblo lastimado y adolorido, pero fuerte y valiente que tiene dos décadas de gritar libertad. Es un pueblo hoy liderado por una mujer ejemplar, que se enfrentará a las urnas de la historia el próximo 28 de julio.
Venezuela y María Corina Machado son la nación y la mujer que deben estar muy presentes en la mente y en el corazón del mundo libre, porque lo que suceda en Venezuela el 28 de julio marcará el destino del continente americano. ¿Serán libres y transparentes las elecciones? ¿Se respetará el resultado? ¿Triunfarán la democracia y la libertad o se impondrán la tiranía y la represión?
El deseo de cambio, la ilusión por restituir su democracia, el valor para rescatar su dignidad y el admirable compromiso para reconstruir su país nos debe hacer sentir venezolanos a todos los iberoamericanos. El pueblo venezolano saldrá a votar el próximo 28 de julio. El mundo libre debe decir presente.
Por la libertad de Venezuela, hasta el final.